Una advertencia: El leer estas razones del por qué tus cosas no funcionan no
te va a resolver el asunto, pero por lo menos algo tendrás más claro, es un
primer paso. Para crear un cambio real y duradero se necesita una manera nueva
de pensar y de actuar de tu parte. Necesitarás un plan, un método y una
estructura para hacer tuyo lo que te voy a decir.
Una cosa que es esencial reconocer es que para cualquier resultado que
quieras, sea ese resultado interno o externo, hay una manera de pensar o de
enfocar la atención y de actuar en consecuencia, que te dará ese resultado.
Sólo la tienes que encontrar, adoptarla y usarla. Si quieres resultados nuevos
hay que pensar y actuar de otra manera. Hacer lo mismo y esperar algo diferente
es cosa de locos y muy frustrante.
Bien, allá vamos con las razones del por qué tu vida no funciona:
# 1—Te imaginas que no tienes control. Eso a menudo se
expresa como: “Es igual lo que haga, nada funciona.” En ese caso sólo tienes
que aceptar una cosa fundamental: de alguna manera, aunque tú no lo puedas ver
ahora, tú estás creando lo que ocurre en tu vida y cómo tú reaccionas a ello.
Esto no indica que tú seas culpable de tu vida. Nadie, o por lo menos, casi
nadie concientemente crea una vida de frustración y fracaso tras fracaso. Aún
así, lo que ocurre está proyectado desde tu interior: tus hábitos y tus otros
procesos menos concientes generan el cómo te sientes, cómo actúas, las
consecuencias, tus percepciones y lo que atraes a tu vida. Y cuando no estás
conciente de estos procesos, vives en automático y siempre vas de víctima. Te
parece que no tienes el control.
Una posible solución sería si te dices a ti mismo: “No sé cómo estoy creando
mis resultados pero de alguna manera sí lo estoy haciendo” y, después te
apuntas a descubrir cómo. Pronto lo descubrirás, te darás cuenta y verás cómo
tomar el mando real de tu vida.
# 2—Crónicamente e inconscientemente te enfocas en lo que
no quieres—lo que te asusta, lo que te preocupa y lo que quieres evitar. Seguro
que te parece que tienes razones para creer que el universo o, por lo menos el
mundo en el cuál tú vives, no es amistoso sino más bien hostil. ¿Y qué resulta
de todo ello? Pues que creas y te atraes más y más de lo mismo. Nuestras
creencias son mecanismos proféticos y la vida siempre te da la razón.
Una Posible Solución: Primero, aprende a observar tus pensamientos y a ver
cuándo son negativos. Tú eres como una máquina mágica de manifestar realidad en
tres dimensiones. Aprende a estar intencionadamente conciente y verás cómo
manifiestas en lo que te enfocas y en lo que sientes. Segundo, es
imprescindible tener una lista escrita, muy clara y detallada de cada objeto,
evento o experiencia que deseas atraer y vivir. Cada día mira esta lista y
agrégale un detalle a cada cosa. Cuando se te ocurra alguna acción para tomar
al respecto, tómala, sin preocuparte demasiado si tendrá o no resultado.
# 3—Tú crees lo que tus padres, tu educación, tus amigos y
la sociedad te han enseñado sobre quién tienes que ser para que tu vida
funcione y para que tú seas bien aceptado. Hay una lista muy larga dentro de ti
de lo que debes ser y de lo que no debes ser. La cosa es que ahora ya
eres mayorcito y tú puedes decidir quién eres y quién quieres ser así como qué
quieres hacer. Lo más importante es que uno puede creer en otra cosa o lo que
es igual a dejar de creer en lo viejo e inútil. De nuevo hablamos de estar más
y más conciente de lo que pasa por tu mente y de cómo te justificas ante las
cosas. Sólo la conciencia ayuda a que desaparezcan muchas creencias
viejas.
Una Posible Solución—Dedícate a pasar por lo menos una hora al día solo,
contigo mismo, para respirar de forma conciente, meditar, planificar y crear.
Apúntate a utilizar los alimentos del alma. Es la mejor manera de
responsabilizarte de tu propia vida.
# 4—No estar dispuesto a reevaluar tu vida, a preguntarte:
¿quién soy hoy y para qué estoy hoy aquí? Con esto se trata de examinar lo que
crees sobre la vida, los demás, el mundo y sobre todo de ti mismo. El asumir
responsabilidad sobre tu propia vida suele comenzar con una limpieza y
re-organización a todos los niveles: físico, mental, emocional y espiritual.
Una Posible Solución—Tómate unos días para ti sólo, únicamente para
comenzar este proceso y ponlo por escrito. Si eso te parece muy difícil, vete a
la biblioteca o a algún otro sitio tranquilo, un par de horas cada día, y
dedícate a mirar y a reevaluar tu vida. El hacerlo en un espacio nuevo
facilita mucho las cosas.
# 5—Como tienes miedo a fracasar, no realizas ninguna
acción nueva. Esto realmente significa que el miedo te tiene a ti. Esa actitud
te enfoca en el miedo y produce más de lo que no quieres. Primero tienes que
saber lo que quieres: lo que quieres vivir y quién quieres ser. La cuestión es
¿cómo te motivas para realizar acciones nuevas? Entre otras cosas, es
importante saber que las personas con mayor éxito, sea material o no material,
fracasan más porque hacen más. Y, porque fracasan más, también aprenden más y,
poco a poco, llegan a donde querían. Los demás sólo ven a los que llegan.
Una Posible Solución—Uno quiere grandes cambios y piensa que requieren
grandes e importantes acciones nuevas. Esto simplemente no es cierto. Lo que sí
se requieren son muchos y muchos pasos muy pequeños; pasos tan pequeños que, a
veces, te parecen insignificantes. Lo importante es saber a dónde se dirige el
paso, por eso es bueno tenerlo por escrito. Un ejemplo material—deseas un
objeto o un tipo de vivencia o resultado, pues cada día realiza algo muy
pequeño pero intencionado a alimentar ese deseo. Estos pequeños pasos son como
monedas que uno va poniendo en una hucha, sólo que uno no sabe el valor real
que tienen. Da pasos también que se te presenten espontáneamente pero que claramente
se relacionan con tu deseo. Recuerda que el único que realmente fracasa es el
que no aprende algo de lo que hizo y vivió. Y eso depende sólo de ti.
# 6—Estás demasiado enfocado en ti, como ensimismado, y no
te das cuenta cómo eres de valioso para los demás o cómo lo pudieras ser. Esto
sí que es algo que obstaculiza nuevas relaciones, amistades, nuevas vivencias y
nuevos ingresos. En la vida estamos aquí para escuchar con el corazón y para
dar. Y no te digo lo obvio, que cuanto más das, más recibes. El secreto del dar
es el de vivir y disfrutar dando. Dar con gusto algo que te gusta es el
único y verdadero secreto de la felicidad. Hay muchas formas y maneras de dar.
Lo que uno da tiene valor de algún tipo. A veces incluye dinero y a veces no.
Si un autor escribe una información en un libro, tú lo compras porque piensas
que el valor que te aporta es o puede ser mayor al precio que estás pagando.
Una Posible Solución—Primero, darte cuenta que cualquier acción que incluye
al otro es un dar, sobre todo el dar tu atención. Confecciona una lista con lo
que tú como persona tienes para aportar de valioso a los demás. Hay muchísimas
cosas: empezando por tu presencia y atención. Apúntate a apoyar causas, la
primera a la evolución de tu alma. Apúntate a los alimentos del alma y
aliméntala cada día. Presta atención a tus colegas, a familiares y amigos, y
entérate de cómo les puedes aportar algo de valor, ya sea: apoyo, información,
compasión o una felicitación por algo bien hecho.
# 7—Estás esperando el momento apropiado, que todo esté
bien y en su sitio para tú poder ser feliz. Quizás sea yo el primero que te lo
diga, pero todo nunca va a estar como tú lo quieres. Si lo sigues esperando
estás en el universo equivocado. Todo ser humano, del más bruto al más
evolucionado (por decirlo de alguna manera) tiene problemas o desafíos que van
desde lo más sencillo a lo más complejo o grave. Las personas felices no están
felices porque han resuelto todos los problemas de la vida. Lo que sí es cierto
es que ya no ven la vida como una serie de problemas. No solemos saber que el
ver problemas es una manera de ver la vida. Cada desafío también nos ofrece una
oportunidad, un beneficio o una información nueva. El que busca problemas los
encuentra. El que disfruta solucionándolos encuentra las soluciones y vive las
oportunidades.
Una Posible Solución—Primero, prepara un lista con tus resistencias, desde
la más grande a la más pequeña—esta lista pudiera incluir mil o más,
pero por lo menos llega a 300. Detrás de cada resistencia hay una
creencia que está manifestando lo que tú vives como un problema. Intenta vivir
esas resistencias de alguna manera -por pequeña que sea la manera-. Ser más
concientemente agradecido de todas las cosas presentes en tu vida, tanto de las
positivas como de las negativas. Escúchate decir “gracias” varias veces al día,
y verás que más y más razones tendrás para darlas.
Bueno, ya tienes 7 razones del por qué tu vida no funciona y
también algo de lo que puedes hacer al respecto. El resto te toca a ti. Y...
la noticia más maravillosa es que todo, todo, ocurre en un
instante, de repente. Uno cambia de instante en instante, sólo que suelen ser
cambios pequeños y casi no los notamos. También uno suele tropezar con cosas
pequeñas. Este planeta, tan grande, es en realidad una colección de átomos que
ni siquiera se ven. Tú eres más invisible que visible, un 99% de energía
invisible y sólo un 1% de materia. Vive tu pequeñez y tu invisibilidad
ejecutando acciones pequeñas y, desde tu corazón invisible, podrás apreciar y
agradecer las maravillas de la vida y de tu vida. Observa los detalles en tu
vida. El Dios verdadero se esconde en los detalles; sólo hay que observar los
detalles en la naturaleza para poder reconocerlo.
Eric Rolf – Creador de La Medicina del Alma
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