Todos hemos oído muchas veces la frase de que el Universo es favorable, que está siempre “confabulando” para ayudarnos, para que logremos lo que deseamos.
Decimos, y lo hacemos convencidos, que tenemos que cuidar lo que decimos, lo que repetimos, lo que creemos, pues la Vida va siempre a darnos la razón y que si creemos que algo va a salirnos mal al final así será, y lo mismo sirve para lo contrario.
También el libro o la película de “El Secreto” y la “ley de la atracción” parece decirnos lo mismo que deseemos algo, que lo verbalicemos, que, tal y como aparece en el film, basta con colgar una foto de lo que queremos en el “corcho de los deseos” para que las cosas se consigan.
Todas estas ideas, todos estos sentimientos pueden estar arraigados de una forma u otra dentro de nosotros, incluso, algunas de ellas me las podéis haber oído decir a mi en muchas ocasiones, pero enunciadas así, tan solo, pueden convertirse en algo muy peligroso para nosotros; pueden hacernos creer que vivimos en una especie de Jauja, de mundo mágico donde todo se consigue a cambio de nada y también todos sabemos que eso no es así. Ese contraste, esa aparente discordancia entre lo que creemos y lo que vivimos día a día conlleva otro peligro: no creer en nada, el pensar que todo es mentira, que todo son cuentos bonitos para engañar a niños, a crédulos o a simples y que es cierto lo que nos decían nuestros mayores de que la vida es un “valle de lágrimas”, que hemos venido a sufrir, que la recompensa la tendremos en la otra vida y que todo lo que consigamos en ésta será con “sangre, sudor y lágrimas”.
¿Cuál es entonces el verdadero “Secreto”, donde está la llave “mágica” que nos abre las puertas para pasar de un mundo a otro? La respuesta a esta pregunta también la conocemos todos y si alguien cree que no puede recurrir al Refranero español donde encontrará sentencias como “A Dios rogando y con el mazo dando” o “obras son amores y no buenas razones”
En efecto, el verdadero “Secreto” que queríamos encontrar la verdadera “ley de la atracción” el “Dorado” que todos queremos encontrar se encuentra ahí, en “tomar acción”, en apuntarse realmente a lo que queremos y dedicar y orientar todas nuestras energías a ello.
Ese es el camino, esa es la palanca que necesitamos para que después todas las fuerzas del Universo se pongan de nuestro lado para ayudarnos a conseguir lo que queremos, y en ese camino, en contra de lo a veces podamos pensar, los primeros pasos tal y como ocurre cuando nos ponemos a navegar a favor del viento, son muy fáciles, son muy sencillos: consistirán en pasar las cosas del mundo de las ideas al mundo real y ¿eso es sencillo, fácil de hacer? Y la respuesta es que sí, que está al alcance de todos, en cualquier momento, a cualquier edad, que para ello hace falta, tan solo, algo tan difícil de conseguir como el lápiz y el papel: con algo tan sencillo como escribir nuestros deseos nuestros sueños ya estamos haciéndolos presentes en el mundo “real”, estamos empezando a darles sustancia, forma y cuando al hacerlo lo hagamos con más detenimiento, con más detalle más cuerpo le estaremos dando, más presencia le estaremos dando en el mundo material. Eric nos invita en muchas ocasiones, y yo con él, a que hagamos listas siempre de cosas que nos apetezcan, que nos hagan ilusión, por ejemplo de viajes a hacer, de países a visitar y así, en ese momento, la aventura empieza ya.
Me diréis vale, eso ya está hecho, vale, pero ¿ahora qué?, ahora viene lo difícil, ¿cómo seguimos? Y la respuesta es sencilla: con lápiz y papel. Planificando los pasos a seguir para conseguirlo, lo que necesitamos para ello y lo que tenemos que hacer y apuntándonos a ello, ¿cómo?, volviendo a escribir, cada día, en una agenda, lo que cada día tenemos que hacer para llegar a nuestro objetivo, y haciéndolo, cada día, que por la noche podamos tachar las tareas realizadas. Solo así, con todo nuestra atención fijada en el momento podremos realizar los viajes largos. Solo olvidándonos de los manidos “es muy difícil”, “es imposible”, “con la suerte que yo tengo”, “con esta crisis” (en los cuales, si estamos convencidos, la vida también va a darnos la razón) , solo si cada día hacemos lo preciso para lograr lo que deseamos la Vida hará todo lo posible para ayudarnos, para que el camino sea más fácil y la senda más plana.
Tomar acción es la forma de tomar las riendas de nuestra vida, de hacernos responsables, y no víctimas de ella.
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