4 de enero de 2013

«La enfermedad es un grito que nos da la vida para comunicarse con nosotros»

«Como alimentamos nuestro cuerpo, también debemos alimentar el alma»

Entrevista al maestro Eric Rolf - Por La Opinión de Zamora:

ANA MARÍA CAVERO. La Medicina del Alma propone un enfoque sobre la salud basado en la autosanación que ha conseguido multitud de seguidores alrededor del mundo. Su creador, Eric Rolf estuvo de paso por Zamora y habló sobre sus teorías.

- ¿Todo dolor, enfermedad, incluso los accidentes tienen un origen psíquico o espiritual?

- La vida, la parte más profunda del ser humano, nos habla en voz baja y generalmente uno no la oye, o la escucha pero no la entiende y, en la mayoría de los casos, la oye, la entiende y pasa totalmente. Es entonces cuando va hablando más alto y más alto hasta que da un grito. La enfermedad es el grito que nos da la vida para comunicarse con nosotros. Y es que como la gota y el océano, igual en nuestra existencia todo está conectado.
-¿Lo más importante en una enfermedad no son los síntomas sino dónde está localizada?

- Sí, porque cada órgano del cuerpo representa una parte de la vida de la persona y la ubicación del dolor está indicando que parte de la vida está llamando la atención sobre determinado problema. De ahí la importancia de ser conscientes y traducir cada dolor físico para encontrar con qué parte emocional se corresponde.

- ¿Por ejemplo?
- Existe un código secreto del cuerpo en el que, por ejemplo, una enfermedad en las vías respiratorias indica un problema de auto aceptación que, mediante una introspección puede ser analizado para encontrar la raíz del bloqueo y que su manifestación como enfermedad desaparezca.
- ¿Cómo descifrar esos mensajes?
- La intuición es el idioma a través del cual podemos establecer una comunicación activa con nuestra alma. Puede ser a través de una imagen, un sonido o incluso un olor, un recuerdo, una experiencia, todo ello es información. Hay que tener cuenta que tenemos 10 sentidos interiores. Los cinco primeros corresponden a los externos porque uno ve cuando duerme, o puede oler cosas que no están presentes. Además, están el sentido del saber, del conocimiento, el de nuestra identidad verdadera porque todos sabemos quiénes somos aunque vamos cambiando instante a instante; el sentido de la multidimensionalidad, también tenemos un sentido del tiempo, que nos permite recordar y volver a vivir sensaciones y el último el sentido del humor porque la risa funciona a un nivel muy elevado de vibraciones
- ¿Por eso se dice que la risa cura?
- Claro, porque cuando uno se ríe no se puede sentir mal. Con la risa uno sale de un nivel energético negativo y ve las cosas de otra manera. La risa es como el ascensor que toma una persona que vive en un sótano para ver la luz que la hace sentirse mejor. Dependerá de las circunstancias de cada uno si quiere quedarse a vivir en el exterior o volver a la oscuridad.
- ¿Usted dice que así como se alimenta el cuerpo también hay que alimentar el alma?
- Nosotros somos 99% energía, la materia, lo que se ve, representa sólo el 1%. Me gusta poner como ejemplo al hombre invisible que para que lo pudieran ver se ponía unas vendas, pero lo realmente importante era lo que estaba debajo de ese vendaje. Así, nosotros damos mucha importancia a lo externo pero descuidamos nuestra alma. Por eso debemos recurrir entre, otras cosas, a la meditación, a la respiración consciente, al humor, al amor, a la generosidad y no como prácticas místicas sino como formas de acción para mover la energía. Yo hablo también de la "imaginacción" porque como decía Einstein en el universo no pasa nada hasta que alguien o algo se mueve. Y la acción requiere un compromiso, de disciplina pero entendida como entrega.
- ¿Usted le da mucha importancia al agua?
- Es que el agua cura. Además, los seres humanos somos 80 por ciento agua y el camino espiritual no se anda se navega. La tierra está también compuesta mayoritariamente por agua por eso siempre digo que esta planeta hay que sentirlo. Sin embargo, sobre el agua hay mucha desinformación porque no hay que tomar muchísima agua ni de cualquier tipo. La mejor agua es la destilada, y no la que se usa para los coches, sino el agua pura H2O, agua que se evapora y se vuelve a condensar. El agua con añadidos químicos, como la que sale del grifo, incluso puede hacer más daño que bien. La embotellada es mejor pero repito la mejor es la destilada, por su pureza.
- En la década de los 70 tuvo muchos seguidores en Nueva York ¿Con qué personajes tuvo la oportunidad de relacionarse?
- En los 70 hubo un despertar en el mundo del arte, y para mí la Medicina del Alma no es una ciencia sino que se relaciona más bien con el arte y, en ese sentido me relacioné con gente como John Lennon, Yoko Ono o Paul Simon quienes solicitaron en algún momento mis consejos. Recuerdo que Yoko quería saber si estaba embarazada, le dije que sí, que sería un niño y así fue.

«Para conseguir algo no sólo hay que desearlo, es necesario actuar»
- ¿Qué piensa sobre la ley de la atracción?
- Es una ley espiritual que se ha hecho conocida a través del libro y la película El Secreto. Sin embargo, creo que los fundamentos que ahí se manifiestan no son los correctos porque se basan más en el atraer que en la acción. El Secreto afirma que todo se puede conseguir tan sólo con desearlo y no es así. Si no hay acción, si no se actúa para conseguir algo, por mucho que se piense en ella no va a pasar. Pueden ser incluso acciones mínimas, por eso hablamos del nano movimiento, pero sin acción la ley de la atracción no existe.
- ¿A Dios rogando y con el mazo dando?
- Efectivamente. Y repito, no es necesaria una gran acción porque en la vida no es necesario hacer grandes cosas, hay que hacer unas cuantas pequeñas cosas muchas veces. Eso que uno hace constantemente, de cierta manera, determina cómo eres y de qué forma ves la vida. Uno no es sólo lo que piensa, sino lo que hace.
- ¿Debe ser un estilo de vida?
- La ley de la atracción parte de que, aunque uno no lo ve, todo este ahí entonces se trata de lo que puedo hacer yo para hacer visibles, para atraer, las posibilidades que tiene la vida. Además, la ley de la atracción se relaciona con dos nuevas leyes que describo en mi último libro y que son la ley de la confusión y la ley de la claridad. La de la confusión se basa en que curiosamente cuando uno más quiere algo, más confusión hay al momento de ejercer la atracción hacia eso. Y la de la claridad se refiere a que cuando uno más atención le da a lo que desea, más posibilidades tiene de conseguirlo. De ahí la importancia de un balance entre ambas.

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