13 de octubre de 2012

Las expectativas

El tema de este mes trata de como nuestras expectativas van a producirnos una determinada perspectiva, un determinado ángulo de visión para enfocar los distintos aspectos de nuestra vida, y como, en definitiva, van a generar nuestra vida. Es decir que, como vemos, el tema de este mes guarda una muy estrecha relación con la segunda de las preguntas básicas de la Medicina del Alma. “¿Creamos nuestras propias experiencias o somos víctimas de ellas?”.
En general tenemos bastante clara la respuesta a esta cuestión y respondemos, sin dudar, que somos creadores de nuestra vida y no seres que soportamos, lo mejor que podemos y con resignación todo aquello que la vida nos echa encima, nos pone por delante. Sin embargo creo que todos nosotros debiéramos cuestionarnos si en el fondo, en nuestro día a día, en nuestros actos y, sobre todo, en nuestras ideas, esto es así, y ya sabemos que, como dice el refrán: “obras son amores y no buenas razones”.
En efecto, creo que en la respuesta a la segunda pregunta, en el hecho de ser los gestores de nuestra existencia es básica nuestra forma de pensar, de enfocar nuestra acción, de las expectativas que tengamos de obtener un determinado resultado. En definitiva vamos a encontrar vamos a obtener aquello que previamente llevemos con nosotros y eso será cierto tanto en las cosas grandes como en las más pequeñas.
Todos hemos tenido la experiencia como, por ejemplo, en un mismo viaje, hay personas que se lo están pasando en grande, le “están sacando punta a todo” y otras, en cambio, parece que estén viviendo un castigo, no hacen más que quejarse de todo. Y lo cierto es que el hecho físico, el viaje, es igual para todos, lo que no lo es son las expectativas que cada uno ha cargado en sus mochilas, lo que cada uno esperaba encontrarse y obtener con esa experiencia.
Decimos con mucha frecuencia que tenemos que cuidar con lo que creemos y con lo que decimos pues la Vida nos va a dar la razón, pero también en esto vamos  ser actores y no víctimas, y así, dándonos cuenta o no, también nosotros vamos a hacer todo lo posible, todo lo que esté en nuestras manos por “darnos la razón”, ya que nada nos gusta más que ir de “enterados”, que responder que sí a la pregunta de “¿somos estúpidos?” y poder decir a los demás, y poder decirnos a nosotros mismos : ¿ves como tenía razón?, ¿ves como yo ya sabía...?, no, si yo ya estaba seguro que... Y además como tenemos que perdonarnos y nuestro ego quiere “comprensión y consuelo” recurriremos a algo que se opone, frontalmente, con nuestra primera respuesta, con nuestro sí rotundo a que somos nosotros los que creamos nuestra realidad: vamos a traer a colación a la suerte, o de otra manera, al azar, borrando con ello, echando por tierra nuestras palabras de Universo bien organizado, de Universo favorable, pues el azar no es sino el hermano pequeño del caos.
Nosotros somos los artífices de nuestra suerte, nosotros generamos nuestra realidad, nuestro mundo, día a día. Solamente creyendo que todo va a ir bien, que todo nos ayuda, que todo nos favorece. Solamente creando expectativas positivas en nuestro aquí y nuestro ahora podremos alejarnos de los miedos y los fantasmas, de los fracasos que nosotros mismos generamos cuando no creemos o no nos atrevemos a que las cosas nos salgan bien.

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